«Hacer el bien, conocer la verdad, eso es lo que distingue a un hombre del siguiente. El resto es nada. La vida dura tan poco, sus necesidades reales son tan escasas, y una vez que uno se va, importa muy poco si fue alguien o nadie. Al final, lo único que necesitamos es un retal sucio y cuatro tablas de madera de pino» (Denis Diderot)
Gente Peligrosa, de Blom, no es sólo un delicioso libro sobre la Ilustración. No es sólo una amena biografía de Denis Diderot. Es una defensa de lo que debería ser un intelectual comprometido, arriesgando su posición, su seguridad, su libertad, su vida, por amor a la verdad, a la ciencia, y a la mejora de la propia sociedad. ¿Cuántos de esos hay hoy en día?
Blom se centra en un grupo de amigos, un círculo de intelectuales, un club de intrigantes, cuyo epicentro gira en torno a Diderot y D’Holbach, con las apariciones estelares de David Hume o de Gibbon.
Blom mismo toma partido, y no esconde sus simpatías porque no sólo está haciendo un libro de historia, sino que nos muestra controversias del XVIII cuyos ecos alcanzan el hoy.
Gente peligrosa es un libro de aventuras sobre proto-revolucionarios, una novela de alta sociedad con sus envidias y amoríos, una novela de intriga con sus conjuras, con amistades rotas (Rousseau y Voltaire no quedan en buen lugar en cuanto a calidad humana) pero sobre todo se trata de una radiografía a las fuerzas del progreso, a la apuesta por lo secular, científico, moderno, racional, frente a la sinrazón, la reacción, la censura, el fanatismo, la culpa y la religión.
Asistimos a las dudas de un Diderot que quiere vivir de acuerdo a sus principios, que en algunos momentos no consigue conjugar razón y pasión, que es dejado sólo por D’Alembert con la monumental enciclopedia a punto de descarrilar, que visita la cárcel, un Diderot que nunca pierde el amor a discutir, razonar, mantener conversaciones, debates y desafíos intelectuales, y que sacrifica gran parte de su obra personal por el proyecto mastodóntico que significa un caballo de troya del pensamiento ilustrado: Una Enciclopedia que fue el buque insignia de su tiempo.
Blom consigue contagiar su entusiamo. Porque es de rabiosa actualidad. ¿Dónde están los pensadores? Hoy en día, a ese salón de Gente Peligrosa me gustaría a mi asistir.
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