I am (not) a Rock

28 Nov

Dudar entre la palabra y el silencio. Yo que amo conversar y apasionarme, suelo elegir el silencio. Reprimo todo verbo y sustantivo que me conecta al otro.  Soy una isla. Dudar entre llamar o no, romper la distancia de las leguas y del duelo, y preguntar por el dolor, para dar la gracia de la palabra indecible, impronunciable, la que se mueve entre líneas. Estar para los demás cuando los demás necesitan de uno.

Callar ante un gran amor que va pasando de largo, no creese digno de él, estallar en pedazos etílicos tratando de desanudar el gordiano punto que atora mil besos muertos en la garganta; y verse atrapado en una pelea feroz con el propio ser, porque no soy capaz de pronunciar lo que es evidente, ni me creo mi papel.

En guerra con mi corazón tratando de asesinar todo tejido que no esté muerto, necrosado. Yo no me creo capaz de ser el hombre que merece, así que golpeo mi rostro con vergüenza y oprobio (y a veces con los propios puños, estacazos nacidos de frustración) y consigo que duela, el familiar dolor reconocible, viejo compañero del que se odia a si mismo.

No querer ser la persona que los malos sentimientos, el rencor, la desesperanza, la vida, va dibujando con trazo grotesco y degradado, tiznando el rostro, tirando de uno hacia abajo, a un lugar más oscuro, duro y solitario. Para poder decir, con el verbo perdido, «yo ya no te odio, hace falta demasiado esfuerzo para ser malvado».

No querer rendirse, ni arrojar toallas, ni dejar de lado a los que aprecias (y a algunos a los que no aprecias pero a los que no dejarás en la estacada).  A ningún precio se puede ya rescatar el dolor de vivir, incluso una salida extemporánea significa pagar en dolor (de los demás).

Hundirse es más fácil, menos agotador que nadar, pero por fuerte que sea la corriente y los calambres, uno es en alta mar el acicate para el otro compañero abandonado en esta fatigosa lucha. Ser uno mismo la palabra dada, los vítores de ánimo, la exclamación cómplice, el grito de esperanzada desesperanza que nos mantiene a flote.

Deseo recuperar el verbo, deseo ser consuelo, deseo ser mano tendida, deseo ser el hombre que ella merece, deseo dejar de ser isla, deseo ser amigo, deseo dejar de ser enemigo mío, deseo estar para otros, deseo darme a otros, deseo dejar mi coraza, deseo abrir mi corazón y si ha de ser devorado, deseo que os aproveche a todos.

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