La obra maestra de Neil Young es reinterpretada en directo por Jake Bugg, un joven cantautor capaz de provocar comentarios en youtube de la gravedad de «Now I’m gay for Jake Bugg«.
Esta versión es brutal. Bugg no es Hendrix, pero la suma de voz, carisma, intensidad, punteado, actitud y extremado conocimiento a su edad de los clásicos folk rock, que le lleva a elegir a Rick Rubin de productor, le confieren ese algo especial que no sabemos definir.
Y una coda:
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