Mayall era un visionario. Se adelantó décadas a Gervais en su rol de miserable, perfecto, cínico, desagradable e hilarante. De hecho Gervais americanizó (Seinfeldnizó) a su maestro un tanto. Nada más británico que esa serie sobre nada, de nuevo adelantados a Larry David, que eran The Young Ones o Bottom, bestiales como South Park.
The Young Ones fue un artefacto contracultural, anti Thatcher, musical, punk y nihilista.
Y New Statesman una denuncia del nuevo conservadurismo, una hija bastada de Yes Minister en las alcantarillas cutres del sistema.
Rik vivió rápido, vió antes que nadie, y nos hizo reir.
Gracias.
Deja una respuesta