The Libertines sin the Libertines (parte II)

6 Oct

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En la foto vemos a los cómicos Simon Pegg y Nick Frost libertineando, dos suplentes de lujo.

«That gum you like is coming back with style»

(Twin Peaks)

Es curioso como las cosas de pronto pueden vover a ponerse de moda. Lo mejor del retorno de Libertines es que no forma parte de ningún revival más o menos orquestado. No hay motivos para sospechar de un meditado hype de revista de tendencias (o de música, últimamente lo mismo).

Lo mejor de Anthems for a Doomed youth es que no se trata de un disco más de Libertines, no es el teórico tecer disco de Libertines: En el fondo se trata de una banda nueva. Es un disco debut, es un reboot: la franquicia elige un nuevo punto de partida. La continuidad con la obra anterior existe, pero en cierto modo sería demasiado doloroso, seguir siendo sin más aquella banda, una banda de la que nadie, ni sus fans, han salido indemnes.

There are no innocent byastenders era el documental que recogía el retorno al directo en 2010 de la banda, pero también de modo tangencial, su ascenso y caída. Pero más allá de eso, más allá del cotilleo, y la épica, y la miseria, y el mito y la música, lo que me interesa es que nos muestra a los supervivientes del naufragio de un modo natural, en su día a día, personas diferentes tras tanto tiempo, todavía perplejas, todavía tratando de conectar mediante anécdotas inconexas qué diablos ocurrió.

El documental está a las antípodas de lo que podría ser un desenfreno a lo Julian Temple. Es básicamente gente hablando. Es casi como si tratar desapasionadamente sus intentos de formar parte de una bohemia improvisada y salvaje, incluso antes de triunfar, pudiera desactivar la imagen especular que todavía canibaliza a la banda.

El tratamiento de los excesos y los enfrentamientos y traiciones tendrá su continuidad en Anthems… pero con el control de quién no habla en el momento de pasión, sino con el tiempo y la experiencia.

Experiencia y desfogamiento que atraviesa esas canciones que vamos repasando, los momentos del grupo cuando no eran el grupo:

6-Dirty Pretty Things- Gin and Milk

Todavía en las coordenadas del debut Waterloo to anywhere, otra muestra de energía que podría remitir a la banda madre perfectamente. Sin embargo, acá yo veo más que una descarga de adrenalina. Tanto la guitarra como parte de la melodía retrotraen muy mucho a The Jam, una influencia que será muy presente en todo el segundo album de DPT.

Mensaje cifrado: «I try oh so hard but don’t get so far
You get my respect but we don’t connect
We’re in it together so I’ll love you forever
I love you forever»

7-Babyshambles- Albion

De nuevo Pete ofrece más versatilidad, más registro, y sobre todo más capacidad de melancolía y ternura. ¿Alguna vez habéis sentido nostalgia de un lugar que en realidad no existe? De alguna manera la poética inconexa de Pete, hecha de parches y apuntes, funciona de ese modo, y contruye una canción magnífica sobre el lugar en que vive y que le hace daño, pero también acerca de un lugar que no dejamos de buscar nunca, que reconocemos sólo en nuestros sueños, y en los pequeños detalles que amamos cada día.

8-DPT- Blood thirsty bastards

El mundo es una jungla cruel, y Barat se muestra a medias asqueado y a medias asustado, queriendo tan sólo que le dejen un rincón donde tratar de mantenerse a salvo. El infierno son los demás y en la distopía en que vivimos, Barat se mostraría feliz de resistir junto a alguien, el peso del mundo. Una melodía juguetona para una canción en realidad bastante pesimista. Una oda a la supervivencia en un mundo invivible.

9-Babyshambles- The man who came to stay

No es una elección de las más obvias. Cara b de Killamangiro. Es una canción de la que me gusta mucho el sonido, con una guitarra que al principio suena muy a indie americano, casi a Spoon y una batería y coros que lo hermanan con Division of Laura Lee. Tiene la urgencia que suele imprimir Doherty en unos versos apresurados. Hay dos maneras de interpretar esta canción repleta de referencias a canciones robadas, paranoia, fama y fortuna, una canción sobre un hombre que «fue rey por un día»: como una referencia expresa a Barat. Pero más bien me inclino por otra, es una canción sobre si mismo.

Mensaje cifrado: «There’s a man who came to stay
The boy he replaced, disappeared without a trace…
Stole all my songs and my style away
No-one would say what they wanted to say
So he was king for a day..
If you sail into the sun
Beware the eyes of green
And if the whole room tells you ‘you are the one’
I defy you not to believe them, my son…»

10-DPT- Tired of England

La respuesta a Albion, de algún modo. Una pequeña joya pop que resuena a lo mejor de la new wave inglesa de Elvis Costello en adelante, incluso a los momentos menos deprimentes (y menos celebrados) de The Cure o los Madness más pop. Aunque en realidad esto es un cara a cara con el mejor Julian Cope y Teardrope Explodes. Una canción totalmente subestimada, musicalmente uno de los mejores singles de Barat. Lástima que a la letra le falte precisamente la poética que si contiene Albion.

Una respuesta hasta “The Libertines sin the Libertines (parte II)”

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