
Cuando le contrataron, nadie daba un duro. Un discreto joven emprendedor en el negocio de la moda (junto a su hermano, que llegó a producir también, Tootsie), que se había reconvertido en mediocre actor, y cuya carrera ya no tiraba… ¿Al frente del estudio Paramount?
Se mostró un movimiento acertado, que durante un tiempo, en un puesto que quema, porque no se puede acertar siempre, poner a alguien que parecía allí sólo por ser carismático y bien relacionado, en realidad el jefe de Paramount era alguien que sabía de dinero y, si no sabía tanto de cine, al menos lo amaba y respetaba a quién si lo sabía.
Love Story se dice que salvó al estudio de un gran apuro, y se tomó como un golpe de suerte, y que se decidió ver si podía repetirlo. Barefoot in the Park, The Odd Couple, Rosemary’s Baby, The Italian Job, True Grit, Love Story, Harold and Maude, The Godfather, The Godfather Part II, Serpico, On a Clear Day You Can See Forever, Save the Tiger, The Conversation, Chinatown, The Great Gatsby…
Parece un buen legado. su trato con Paramount trataba de dejarle como cabeza del estudio y como productor independiente, lo cuál no siempre era una buena opción, siendo él mismo quién debería haberse supervisado.
En el magnífico documental «The Kid Stays in the Picture» vemos como tras romperse su relación con Ali McGraw, quién se fugó con Steve McQueen (Evans no le era fiel, aunque la ruptura lo traumatizó) (1969–1973) alimentó el monstruo de una adicción a la droga ya existente que le restó buen juicio.
Pero no olvidemos que este fue uno de los hombres que luchó por el montaje de Coppola de El Padrino II.
El Evans en caída libre llegó a producir entre 1976 y 1980 Marathon Man o Black Sunday, y en los 80s dos películas que acabarían en juicios, que consideraba sus oportunidades de volver, The Cotton Club (la habitual pesadilla financiera cuando das poderes a Coppola, concebida para dirigirla Evans mismo en un principio, pero que, en el fondo, sabía debía estar en manos más expertas. La cosa acabó con presupuestos fuera de órbita, juicios por fraude, e incluso declaraciones por asesinato del socio de Evans, Radin) y The Two Jakes (secuela de Chinatown dirigida por Nicholson, que hizo un trabajo muy digno, en la que Evans chocó con el guionista y productor Towne al querer volver a actuar).
Evans, al fin, amaba al cine, e inclusó cuando pasó su momento, quiso seguir siendo el chico que estaba en la foto.
Gracias.
«Hay tres lados en cada historia: tu lado, mi lado y la verdad. Y nadie está mintiendo. Los recuerdos compartidos sirven a cada uno de manera diferente.» (Robert Evans)
«Pienso que las reglas están para romperlas» (Robert Evans)
«Ni el instinto ni el estilo pueden ser comprados o enseñados» (Robert Evans)
«Lo imposible se convierte en posible cuando estás entre la espada y la pared» (Robert Evans)
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