Beautiful freak no habla de un coche. La escribí sobre alguien que de verdad era diferente, y no simplemente «poco convencional» o «fuera de lo común», que es un concepto que a los publicistas les chifla. Aún así, Volkswagen quiso usar la canción para uno de sus anuncios. Yo ni me lo planteé. La supuesta cultura «alternativa» trajo consigo una fea contestación: en realidad no era alternativa en absoluto. Estaba a la venta, igual que cualquier otro producto comercial. Era una rebelión en contra de nada. Parecía un rebelde, hablaba y me movía como un rebelde; pero no era un individuo rebelde, e individual tampoco, eso seguro.
Al rechazar ofertas como la del anuncio de Volkswagen empecé a granjearme fama de difícil en la industria.
Al rechazar ofertas como la del anuncio de Volkswagen empecé a granjearme fama de difícil en la industria.
(Mark Oliver Everett, Cosas que los nietos deberían saber)
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