Lo ligero y lo pesado

24 Abr

Arte: Corruption de Ramal Kazim

Entre lo ligero y lo pesado hay una enorme diferencia. Parecería que aferrarse a algo que nos tira haca abajo con su peso es contraproducente, estaríamos apegados a nuestro freno. Lo ligero es amigo de lo nómada, de la flexibilidad, del itinerante, del viaje. ¿Viaje hacia adónde, con qué propósito? ¿Adaptables por decreto?

Últimamente soy más reflexivo, estoy cargado de argumentos más pesados, atenazado de silencios más complejos en lugar de afirmaciones “hechas a la ligera”, como las que inundan de ruido lo que antes era información (o tal vez ruido de mejor calidad, mejor elaborado, con unos ropajes rituales más adecuados)

Sin embargo, en un momento en que las crisis agudas (ecológicas, militaristas, de desigualdad y acceso a los recursos, restricción de derechos y limitación de libertades de expresión, huelga, protesta e información) es preciso transformar las cavilaciones en proclamas urgentes.

Analizando la coyuntura, en el pasado, mezclaba los titulares de rotativos locales, los libros expertos, el costumbrismo berlanguiano, todo con cierta falta de responsabilidad, de peso, de profundidad. Ahora me atenaza la duda cuando tacho “un tango a las puertas del infierno” como titular, haciendo referencia a la Academia del Tango que la Generalitat impulsa mientras arde el mundo y los bosques, mientras la sanidad se degrada, la educación se privatiza, los pelotazos urbanísticos y los campos de golf secan los acuíferos…

Me siento pesado, cargado de reflexiones, de datos, mientras otros con desparpajo tiran titulares (los miles de millones ¿para quién? Que generarían, dicen, el nuevo puerto y aeropuerto de Valencia, sucursal de cruceros, museo sin ciudadanos, cuya clase trabajadora vive bajo los puentes o en ciudades lejanas, y son explotados en contratos informales por chiringuitos de playa)

Me siento viejo, cansado de haber visto las mismas peleas de ego en las fuerzas progresistas, el idéntico modo de gobierno timorato, confiado en la gestión de lo mismo, en la promesa de honradez tras el saqueo anterior, sin propuestas ni proyectos de una sociedad diferente. Por eso perdieron, por querer llegar al término medio entre el pillaje, el interés de los lobistas, el moderado quietismo de las clases rentistas y profesionales liberales, y la necesidad de una promesa de cambio de los trabajadores.

No deja de dejarme perplejo que se confíe en la misma clase cleptócrata y su proyecto de monocultivo turístico, rebajas fiscales a los poderosos que deja sin fondos a los servicios públicos, copagos, privatizaciones, desigualdad social trabando el ascensor social educativo con el distrito único, todavía mayor servilismo de los lobbies como el eléctrico que hace negocio del new green deal a costa de degradar el territorio, a los distribuidores alimentarios como Roig que aumenta los márgenes con la excusa inflacionaria y ahoga a los productores, manipulados en sus reivindicaciones de una nueva PAC dirigiendo sus iras con reivindicaciones absurdas que no ponen el foco en los grandes latifundistas y los intermediarios…

Mis conciudadanos renuncian a lo pesado y se abrazan a lo ligero, evanescente, a las mínimas rebajas fiscales a la clase media a cambio de ir renunciando a los servicios públicos (los bomberos en huelga son señalados, los médicos en protesta son señalados, los profesores en burnout son señalados), es tentador, supongo, escuchar argumentos sencillos a problemas complejos, o negar simplemente el problema (como el clima: revertir las políticas de movilidad sostenible en un irracional amago nostálgico de una ciudad agresiva pero en expansión económica). Votan al meteorito. Eligen la ciudad airbnb, la ciudad museo, la ciudad servicio, la ciudad vitrina, la ciudad fantasma.

Antifraude se vacía, los PAI se llenan de cemento, los campos de golf sustituyen las reservas naturales, la ley de memoria se convierte en la paz con sabor a muerte de la celebración de la dictadura, se confía en controlar la TV pública para vaciarla de lengua e información, se impulsa lo taurino y lo cinegético para fomentar la crueldad y el espectáculo, las fallas se vuelven todavía más bárbaras y menos críticas como saturnales salvajes de celebración tribal y alcohólica, privatizando en barras de bar de particulares el espacio público…

Eligen bailar un tango a las puertas del infierno…

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