Leyendo las cartas de Eça de Queirós, uno no puede dejar de ver que estamos encallados en un bucle.
Queirós alerta que las intervenciones en Afganistan del Imperio Británico de 1847 y 1880 siguen los mismos patrones indefectiblemente, patrones que hacen fracasar ese tipo de política.
Es imposible dejar a su aire vecinos belicosos y fanáticos (en aquel entonces fronterizos del Imperio, hoy fronterizos de occidente), es imposible mantener ocupación efectiva y total del territorio: Solución, una guerra que los debilite cada veinte años…
Hoy el ciclo se reduce a 10.
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