«La naturaleza de esta solidaridad-en-la-culpa puede ser mucho más específica; cuando por ejemplo el líder es atrapado en una situación embarazosa, la solidaridad del grupo se fortifica gracias a la renegación común de los sujetos de la desgracia que pone al descubierto el fracaso o la impotencia del líder. Una mentira compartida es un lazo incomparablemente más efectivo para un grupo que la verdad. Tal vez uno debería volver a leer «El traje nuevo del Emperador» de Andersen: Por supuesto todos sabían que el emperador estaba desnudo, y sin embargo, era precisamente la renegación de ese hecho lo que los mantenía unidos…afirmando la realidad, el niño desafortunado rompió el lazo social»
(Slavoj Zizek, Las metástasis del goze)
Sería una explicación plausible sobre lo que está ocurriendo en Valencia y, a gran escala, en el mundo. Inmersos en una gran mentira que está adquiriendo volumen de conjura novelesca, la búsqueda de soluciones se presenta como algo secundario. Lo que comienza a primar es el instinto de supervivencia. Los neoliberales están consiguiendo que la masa absorba los conceptos de su filosofía…