Poor Brutus, with himself at war,
Forgets the shows of love to other men.
El marco era incomparable, noche de verano, teatro romano para ver la más romana de las tragedias de Shakespeare. Un montaje moderno de Paco Azorín, crucificado en la crítica del periódico local, con poco fundamento. Escenario minimalista, estética militar pero no clásica.
un José Luis Alcobendas, Casio, que se come la escena, y eclipsa al mismo Mario Gas, un César correcto que es más un espectro en la obra, que una presencia real. Bruto y Marco Antonio sorprenden, porque uno no espera nada de Ulloa y Peris Mencheta, y sobre todo el segundo pone convicción y entusiasmo.
De Ulloa uno esperaría matices, pero tampoco pidamos peras al olmo.
Deja un comentario